Capítulo 02
–¿Yamada? ¿Estás por aquí? –gritaba
cuanto podía pero era inútil, por más que le llamaba no me respondía. El camino
se me estaba haciendo eterno. No era capaz de ver nada por culpa de la
oscuridad y por miedo a chocarme contra algo, andaba muy despacio, hasta que por
fin vi a lo lejos una ligera luz. Con desesperación me acerqué a ella, encontrándome con un obstáculo, una pared con un hoyo muy pequeño, como mucho
un poco más grande que mi puño. Sin saber bien lo que hacía intenté con mis
manos agrandarlo, sorprendiéndome al conseguirlo. Logré arrancar varios
trozos gracias a que su textura era esponjosa. Después de hacer un agujero lo
suficientemente grande como para que mi cuerpo lo atravesase, escapé de esa
prisión en la que me encontraba.